viernes, 13 de mayo de 2011

LA ARQUITECTURA POSTMODERNA







Arte de la Postmodernidad

En un primer momento, el expresionismo, el cubismo, y todas las vanguardias, tuvieron que enfrentarse a un público hostil y reacio. Pero tras la primera mitad de siglo, estos movimientos revolucionarios ganaron prestigio social y fueron admitidos en las academias. Es lo que conocemos como el triunfo de la modernidad. A partir de entonces, comenzó a considerarse la modernidad como un fenómeno perteneciente al pasado y este sentimiento es lo que se ha llamado Postmodernidad.

El Postmodernismo es, por tanto, lo posterior a lo moderno. Se desarrolla en la década de los 80, aunque venía gestándose desde los 70. Recoge detalles de obras anteriores, recicla técnicas, ideologías y temáticas de otros movimientos, pero todo ello, visto con una estética actual. Por ejemplo, un pintor puede encontrar en los expresionistas alemanes una fuente de inspiración, en el arte conceptual, o en el minimal art. En la postmodernidad todo vale.

Como la propia sociedad se ha convertido en algo complejo y caótico, al arte, que es un reflejo de la misma, le sucederá lo mismo. Por tanto, el arte de los últimos tiempos se caracterizará por la diversidad de las opciones. El mejor ejemplo lo tenemos en la Documenta de Kassel de 1982.

La Documenta era una muestra colectiva de arte de vanguardia que se convocaba cada cinco años en la ciudad alemana de Kassel y que seleccionaba la nueva vanguardia emergente. En la edición de 1982, se produjo un gran cambio, ya que su comisario, Rudi Fuchs, presentó dicha Documenta como la del fin de vanguardia. Es decir, que en vez de proclamar una tendencia o consagrar un grupo, los mezcló todos, propiciando contrastes entre generaciones y estilos. Esto rompió la manera de analizar el arte que se tenía hasta ese momento, dejando de existir un tipo de vanguardia de desarrollo lineal.

David Salle, es una de las figuras más conocidas de la postmodernidad plástica. Utiliza imágenes pop junto a motivos del comic o de la tradición artística, de los medios de comunicación de masas e incluso de las revistas eróticas. 
Lo que más llama la atención son las imágenes conocidas que aparecen en sus cuadros, por ejemplo, las de Solana o de Géricault, que dan la sensación de estar intencionalmente mal pintadas. En cuanto a la composición, parece conscientemente torpe. Las imágenes se superponen unas con otras, como si el cuadro no terminara de ser considerado como una unidad espacial, sino como una superficie sobre la que se pueden disponer las imágenes sacadas de otra parte.
A partir de estas citas en las que recoge diversos estilos, realiza obras muy personales, como Rolando el demoníaco o La peinadora.

Otros nombres son Baselitz, Kiefer, Clemente, Chia, Schnabel, Fischel, Basquiat, Rothenberg.

En España, los pintores más significativos son Guillermo Pérez Villalta y Miguel Barceló. Villalta, próximo a la nueva figuración, emplea las perspectivas al modo clásico y un mundo de personajes extraídos de la antigua cultura romana. 
Miguel Barceló utiliza una figuración deformada y desenfada, claramente expresionista, que refuerza con una gran dosis de calidad matérica, para dar a la textura una dimensión trascendente. Tras su éxito en la Documenta de Kassel de 1982, ha alcanzado gran proyección internacional.

Arquitectura postmoderna

Es una tendencia arquitectónica que reacciona, desde mediados de 1970, contra los principios del movimiento moderno. Presenta una gran diversidad tanto desde el punto de vista formal como teórico, agrupándose bajo esta denominación fenómenos muy dispares. Todos ellos, tienen en común, la denuncia de los principios defendidos por el Racionalismo arquitectónico y estilo Internacional, como son el principio funcionalista, que afirma que la forma es consecuencia de la función, la planta libre y la desnudez ornamental.

La postmodernidad propugna un arte que se identifique con la vida del mundo actual.

Los arquitectos postmodernos defienden valores como la ambigüedad, la ironía, la complejidad y la diversidad de estilos, y manifiestan su carácter ecléctico en la recuperación de referencias históricas.

Los postmodernos emplearán los órdenes clásicos, ya que así contradicen a la modernidad que los había rechazado, haciendo una llamada burlesca a una cultura pasada.

Las figuras más destacadas son Michael Graves, Charles W. Moore, Robert Ventura o Aldo Rossi.

Ventura propone el edificio anuncio, que se compone de un contenedor en el que se desarrollan las actividades propias de su función y de una fachada que se levanta como un inmenso cartel publicitario. Lo que caracteriza a un edificio es la vestimenta, la ornamentación, el interior es simplemente algo funcional, ya que la comunicabilidad de la arquitectura reside en la fachada.
Aldo Rossi es el más famoso de los teóricos de la postmodernidad. En sus construcciones prima la repetición y sus formas son monumentales y simples (cúbicas), pero en el exterior, emplea materiales lujosos y de color y exhibe motivos figurativos e historicistas.











Arquitectura postmoderna en España

En España, la variedad de tendencias queda patente en la obra de diferentes arquitectos.

Algunos están vinculados a las corrientes posmodernas internacionales, como es el caso de Ricardo Bofill, que practica un monumentalismo de inspiración clasicista en los edificios en la Ville Nouvelle de Marne-la -Vallèe, París, y del Studio Per, cercano a la estética pop de Robert Ventnuri.

Studio Per, es un grupo fundado en 1965 por los barceloneses Lluís Clotet, Óscar Tusquets, Joseph Bonet y Cristián Cirici Alomar.

El belvedere Georgina en Llofriu (Gerona) y la casa Vittoria Tracino en la isla de Pantelleria (Italia), obras de Clotet y Tusquets, son buenos ejemplos del tratamiento irónico que dan a las referencias clásicas y del gusto por la paradoja.

Otros arquitectos, sin embargo, asumirán las nuevas propuestas de una forma parcial o sólo en algunas de sus obras, como Moneo, Linazaroso o Vázquez Consuegra.

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